El magnífico mecani
smo de nuestra mente nos permite calificar personas, situaciones, objetos y hechos. Estamos todo el tiempo elaborando juicios: “Bueno”, “malo”, “interesante”, “agradable”.
Estas “varas de medida” pueden afectar nuestra efectividad.
Si nuestro objetivo es dirigir un equipo, vender, enseñar, etc, en cualquiera de estos casos necesitamos hacer juicios que nos permitan avanzar. Por ejemplo “mal trabajador” es un juicio que bien podemos transformar a “un trabajador que requiere capacitación”, entre ambos actos de pensamiento hay un mundo de posibilidades de éxito laboral.
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